El día de San José se inauguró la adoración perpetua en Alicante.
(19 de marzo de 2010)
El viernes 19 de marzo de 2010 quedó solemnemente inaugurada por el Obispo D. Rafael Palmero Ramos la Capilla de adoración eucarística perpetua en Alicante.
A la adoración perpetua se inscribieron más de 800 adoradores.
Palabras de Mons. D. Rafael Palmero Ramos
Dijo el Sr. Obispo: “Con la apertura de la nueva Capilla de la adoración eucarística perpetua, damos todos, adoradores y beneficiarios, un paso hacia adelante en nuestra vida comunitaria cristiana.
Junto a la alabanza que allí se va a ofrecer a Dios nuestro Padre, y el buen ejemplo que nos ofrecerán a todos, con gestos más que con palabras, todos los adoradores tendrán posibilidad de enriquecerse espiritualmente con el esfuerzo por mantenerse fieles a su compromiso y con las gracias y bendiciones que el Señor Sacramentado quiera concederles. Y van a sentirse beneficiados igualmente los hermanos y hermanas, de dentro y de fuera de nuestras parroquias y comunidades religiosas, cofradías, hermandades y asociaciones de toda índole, ya que por ellos se reza durante la noche, a primera hora de la mañana, a mediodía y en la oración vespertina.
Adorar es una actitud, humilde y sencilla, del que se siente pequeño, pero agradecido ante la divinidad. “Al amanecer y al atardecer, el creyente renueva cada día su “adoración”, es decir, su reconocimiento de la presencia de Dios, Creador y Señor del universo. Es un reconocimiento lleno de gratitud, que brota desde lo más hondo del corazón y abarca todo el ser, porque el hombre sólo puede realizarse plenamente a sí mismo adorando y amando a Dios por encima de todas las cosas”1.
Es bueno que tengamos momentos de adoración ante el Señor Sacramentado todos, sacerdotes, religiosos, religiosas y fieles seglares”.
“La oración larga y continua del sacerdote ante el Santísimo Sacramento del altar –aseguraba el Papa bueno- tiene una eficacia que el sacerdote no podrá conseguir de ninguna otra manera. No existe un sustitutivo de tal oración. Cuando el sacerdote adora a Cristo, el Señor, y le da gracias, cuando ofrece satisfacción por sus propios pecados y por los pecados de los demás o cuando ora ardientemente para encomendar a Dios los asuntos a él confiados, arde en un amor más profundo hacia el divino Redentor, al que él mismo ha prometido fidelidad, y hacia los hombres a favor de los cuales ejerce su ministerio pastoral”
“Deseoso de que un día esta admiración y apoyo se extiendan por toda la Iglesia, nuestro querido Papa pide y aconseja: “Será de gran ayuda una catequesis adecuada en la que se explique a los fieles la importancia de este acto de culto que permite vivir más profundamente y con mayor fruto la celebración litúrgica. Además, cuando sea posible, sobre todo en los lugares más poblados, será conveniente indicar las iglesias u oratorios que se pueden dedicar a la adoración perpetua. Recomiendo también que en la formación catequética, sobre todo en el ciclo de preparación para la Primera Comunión, se inicie a los niños en el significado y belleza de estar junto a Jesús, fomentando el asombro por su presencia en la Eucaristía”4.
“Adorar en silencio, con el clima de recogimiento y de interiorización equivale a dejar a un lado, al menos algunas horas, ocupaciones y tareas que nos fatigan a todos, alteran nuestro ritmo de vida y, en ocasiones, perturban la buena marcha de los días y de horas, de los trabajos y fatigas, del descanso y de los momentos de vela.
Hay que experimentarlo y vivirlo para saber explicarlo. Hemos de tener los oídos muy abiertos para captar lo que se comenta en el entorno de estos lugares de paz. Probad, si os parece, y vemos qué se dice y qué se advierte en la vida práctica. Estoy plenamente convencido, repito, de la fuerza santificadora de esta hoguera divina, de este manantial de gracia”.
Según el Obispo Diocesano: “en esta capilla, pequeña y acogedora, hay espacio para todos. Pienso en las personas mayores, especialmente en los jubilados que se mueven de una parte a otra y salen a la calle. Pienso en los jóvenes que, si organizan bien su vida, encontrarán unos minutos de su jornada para dedicarlos a Dios. Y pienso en los niños y niñas de los Colegios que acompañan a los suyos o se acompañan unos a otros. Para todos hay un espacio en los bancos del hermoso recinto, a nivel de la calle, en la renovada Plaza de la Montañeta, de Alicante”
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