Hoy te traigo este testimonio, no es un cuento ni una historia.
Ocurrió en Mérida, capital del Estado de Yucatán, México, en
la primera capilla de adoración perpetua que establecieron los
Misioneros de Nuestra Señora del Santísimo Sacramento en esa ciudad.
Un niño escuchó a un sacerdote en una de sus
charlas “que si se apuntan en la madrugada Jesús los va a bendecir cien
veces más”. Al escucharlas, este niño de ocho años, tomó una decisión que te sorprenderá.
Este es uno de los muchos testimonios de conversión que, según el P.
Hileman, ocurren en las capillas de Adoración Perpetua, una iniciativa a
cargo de los Misioneros de Nuestra Señora del Santísimo Sacramento,
comunidad de la cual es fundador.
Si haces clic en este enlace podrás saber que sucedió.
Seguro que te conmoverá, como me ha conmovido a mí, pero lo más importante es que nos mueva, que nos dejemos la pereza, la comodidad, el relativismo, el conformismo, los miedos y temores, las excusas...
Jesús está esperándonos ¡Está tan sólo, humillado, ofendido, profanado...! Nos espera para que le alabemos, bendigamos, glorifiquemos, le demos gracias; nos espera para escucharnos, aliviarnos, darnos fuerza, darnos paz...; nos espera para que reparemos las ofensas que se le hacen a Él, a la Iglesia, a las personas...; también nos espera para que le pidamos y le pidamos sin medida como este niño de ocho años Él tiene mucho que darnos ¡Y lo está deseando! Sólo tienes que pedírselo con fe y, si puedes, apúntate para cubrir una hora de adoración en la Capilla de Adoración Perpetua más cercana.
Te hago un guiño: Un niño escuchó a un sacerdote en una de sus charlas “que si se apuntan en la madrugada Jesús los va a bendecir cien veces más.”
Estoy seguro que verás la Adoración Perpetua con otros ojos. No dudarás del poder de la oración, de poner tu confianza en Jesús, de nuestra responsabilidad cubriendo los turnos y orando ante el Santísimo...
Que Dios te bendiga.
¡Alabado sea Jesucristo!
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